Sin embargo, es en el año 2000 que participo en una sesión de Rebirthing o Renacimiento en la escuela Vivir Ahora, con Elba de Giulio. Quedé impactado por las memorias que surgieron con la respiración. Así que, termino mi ciclo como cliente y decido formarme como Renacedor, allí fui profundizando un poco en lo que era el trabajo de respiración y esos procesos de pensamiento y creencias que se van guardando en el ser humano (sobre todo en la gestación, el nacimiento y la primera infancia) y que dejan ciertas improntas de dolor, de las cuales muchas veces somos inconscientes.   Decido continuar formándome en el Renacimiento y participo como asistente de otras formaciones de terapeutas, profundizando en los patrones de nacimiento y las creencias limitantes. En una de estas formaciones viajamos a la Gran Sabana y me encuentro con los rituales chamánicos (cabañas de sudar, saludo a los ancianos y los elementales) y las meditaciones pasivas y activas de Osho. Paralelo a esto me acerco a la Numerología y la interpretación de los números y fractales en nuestra vida.
 

Después de un tiempo decido profundizar en una meditación pasiva y me inscribí a Vipassana, allí fui apreciando el cuerpo, el dolor,  la mente y el poder de la observación y el silencio. Posteriormente y haciendo prácticas de meditación, tengo un encuentro con las Constelaciones Familiares a través del libro "Felicidad Dual". Al poco tiempo me inscribo en la 4ta Formación de Consteladores Familiares del Instituto Bert Hellinger de Vzla.

Luego continuo con 2 retiros a la Gran Sabana en entrenamientos de tantra y sexualidad. Estos me permitieron también observar como los indígenas tienen una profunda sintonía con la naturaleza. Además, en estos 2 retiros se tocó muchísimo los traumas y otros dolores que cargamos. Fui teniendo mucho contacto con la naturaleza y también con práctica de meditaciones activas y pasivas que me permitieron acercarme un poco más a ese observarme a mí primero y luego poder ir a hacer un trabajo terapéutico con otra persona.